martes, 29 de marzo de 2022

Por si queda alguien ahí

Me paso por aquí de vez en cuando para alimentar esa nostalgia que nunca me deja y que siempre me arrastra a la nocturnidad y a las teclas. De vez en cuando escribo en borradores lo que ha sido la vida y cada 27 de septiembre me gusta pasarme por el blog de Valeria/Helena y sentir que algo persiste de todo lo que aquí sembré; mis dudas, mi adolescencia, mis amores y esperanzas echadas al sol, las personas que configuraron mi rincón de libertad. Me gustan las tradiciones y la rutina.

Últimamente pienso más de lo acostumbrado en mi yo del insomnio, de las inseguridades y el primer amor que sentía que en este hueco perdido de internet encontraba palabras que alimentaban. Ahora que me han diagnosticado epilepsia entiendo mejor la incomprensión que me hacía a veces plegarme en mí misma, no entender esos mareos constantes y paralizantes, las imágenes disfrazadas de recuerdos, la niebla sobre mi mente y el pánico. Ahora que por fin tengo una explicación a tanta frustración me ha derrumbado el golpe. Este diciembre escribí en una de estas pantallas en blanco, tras 5 años sin ataques, lo que supuso volver a experimentarlo, volver a pensar que había algo de locura latente en mí que hacía emerger por alguna causa desconocida. Después de vomitar la rabia en caracteres, abrí el buscador y tecleé lo mismo que 10 años atrás, pero esta vez encontré los nombres y apellidos que los médicos me habían negado: epilepsia del lóbulo temporal. Hoy es mi primer día tomando la medicación y sentía que le debía a mi yo del pasado cierta pleitesía y decirle que todo está bien, que puede que hayamos encontrado un poco de tranquilidad en medio de esta locura de mundo.

A todo esto, ¿en qué momento cumplí los 28 y quién me ha robado mi pareja, coche y casa? Lo de las criaturas podemos convalidarlo por la tesis que, tras tantas años gestándose, más le vale suplir las carencias que ha propiciado en otros ámbitos. Estudios de literatura y cine ¿qué me dices de eso, yo del pasado?  Impartir clases en la universidad, estancias en Madrid, Lisboa y Francia y por fin puedo ver películas en inglés sin subtítulos. Ni tan mal, oye. La precariedad es mi mejor amiga, pero nos llevamos bien.

Aun así debo confesar la envidia por esas noches (de hace una década ya) escribiendo por placer, por desahogo, sin pretensiones, por amor desbordado e incontrolado a la palabra mientras leía tres libros a la vez e iba aumentando la lista de películas por ver; mientras el futuro era apenas un concepto en el horizonte y yo desgastaba el botón de la cámara recogiendo en fotografías interminables a personas que ya no conozco. 


viernes, 10 de agosto de 2018

Circa 2018. Memorias abreviadas

Volver


4 años de silencio a gritos, de reprimidos instintos de tinta y nocturnidad.

Han volado las palabras, página a página, llenándome de dudas y ritmo acelerado; pérdida de realidad y suelo. He dicho mucho, callado lo justo y llorado a mares. Me he ahogado, he salido a la superficie y me ha faltado aire a menudo. Pequeñas balsas en forma de hojas traseras de cuaderno me han sostenido y guiado por sus pautas.

He amado, he tenido infinidad de dudas, he reído a borbotones y he hecho listas infinitas con lo bueno y lo malo. No han faltado ojos para observar mis vaivenes, en la distancia o de cerca me han hecho participes de otras vidas y conflictos.

He subido hasta los 24, sin saber bien como trazar las curvas. Está siendo, la vida, un paisaje que hago y rehago en cada introspección. Me he descubierto en el centro y, sin sonrojo, he aceptado la etiqueta y las indicaciones de lo que significa ser quien soy.

Sigo aprendiendo, reprendiéndome y haciendo las paces por todas las decisiones que he ido tomando, de la más ínfima e involuntaria a la mayúscula e irrevocable. Siguen pesando las despedidas, todavía con los brazos abiertos, con la esperanza de una próxima vez, no lo niego, pero confío más en mi irrevocable, terca, convicción.

Me he reencontrado con las ruedas de una bicicleta e he ido a donde nació el amor y donde todavía siento su muerte inesperada. Me he forrado de recuerdos, conversaciones y deseos de continuar con este proyectodetodo que soy hoy. Sigo con la mochila a cuestas, la música, los poemas y la lluvia. En el mismo pueblo, con el mismo sabor a mar en los labios.

He dejado tanta piel en este asfalto que no puedo discernir donde acaba y donde empiezo, por eso siempre vuelvo. Con los nervios de la primera vez, con la bandeja llena de ideas en borradores y sintiéndome una farsante fascinada por el juego.

Ahora, tratando de no volver a pensarlo, leerlo o presionar el botón de guardar una vez más, 
reabro la herida y la dejo curar al aire

martes, 15 de abril de 2014


Hai pocos adioses que suenen a "hasta luego"
pero este es uno.
No me gustan las despedidas, como a la mayoría, pero realmente me vuelvo de piedra cuando tengo que decir una frase lapidaria que lo resuma todo y nos deje con la sensación de haber hecho las cosas bien. Prefiero la distancia cuando no hay palabras que llenen el vacío en nuestras bocas.

Llegan momentos de decisiones y, en ocasiones, es preferible guiarse por el estímulo inicial; esa suerte de cosquilleo, como quién tiene algo maravilloso pendiente y no consigue recordar qué es, pero la ilusión no desiste. Pues yo, he seguido el impulso de darme a la luz y descubrir eso que llevo dentro, o que me lleva a mí; ya sabéis que las proporciones y los cálculos matemáticos se me escapan.
He creado otro blog con mi verdadera identidad (suena muy a superheroína y me gusta) para dejar de sentir que no puedo mostrar lo que siento al resto de la gente que me conoce, o para dejar de autoengañarme al pensar que solo escribo sobre tonterías superfluas que nadie entendería.

http://estesilenciohablaensusurros.blogspot.com.es/

He querido dejar atrás el estilo diario que tenía este blog en sus inicios, pero no puedo plantearme cerrarlo porque nunca se sabe cuando te romperán el corazón de nuevo y necesitarás soltarlo todo y, sobre todo, y siendo más optimista, porque sé que hay husmeadores por ahí que me  han llenado de ilusión con sus visitas y comentarios que sé que volveré a releer. Muchas gracias por todo este tiempo. Hasta muy muy muy pronto.
P.D. No soy la persona más constante en mis decisiones, así que no os fieis demasiado de esta araña.

“Hay momentos en los que la vida exige un cambio. Una transición, como las estaciones..."

lunes, 31 de marzo de 2014

Disección de la pasión ocular


Me gustan las miradas:
Las miradas que gritan. Las miradas que lo dicen todo cuando no deberían decir nada. Las miradas furtivas. Las miradas detrás de sonrisas. Miradas a través de las lunas de los coches que pasan. Miradas apuradas por espejos retrovisores. Miradas que no saben que son vistas y son, por eso, aún mejores. Miradas amparadas tras unas gafas. Las miradas dulces que te pescan con anzuelo mientras pasas. Miradas inocentes y confiadas...

Me gustan las miradas con hambre: 
Hambre de mirarse en otra mirada. Hambre de leerse línea a línea. Hambre de comerse con las manos. Hambre de "ven aquí". Hambre de "no te conozco pero te conozco bien". Hambre de "no te libras de esta"...
El hambre insaciable como respuesta a estar siendo devorado por otra mirada.


martes, 25 de marzo de 2014

Hay un cielo ahí fuera que atenta contra mi soledad


Mira que es fácil escribir:
juntas palabras, les das forma; imágenes de la cabeza al folio...
Pero lo verdaderamente complicado es ponerles alma, acuchillarla en cada punto; dejarte morir un poco, volverte reversible, mostrar todo lo rojo, lo visceral.
Y aquí,
hay alma suficiente para llenar hojas y poner a bailar a ojos expertos en resolver casos imposibles.
Porque, es fácil ser oscura con las sombras que te habitan, los ecos de los huecos que han ocupado tu pecho y te rasgan un poco con las vibraciones de sus despedidas.
Es fácil que no entiendan esta oscuridad en eso que no se dice pero se lee...
Pero puede que alguien sepa descifrarlo y acallarlo.
Encender la lamparita de la mesilla de mis noches.
Dejarme vacía de toda esta basura acumulada.
Llenarme de fuegos artificiales de colores que rebotan en todo el cuerpo los días de fiesta junto al mar; al que van a morir cuando, satisfecha la gana, les dices adiós para mirar los ojos de la noche.
Solo entonces sabes,
si el dueño de las estrellas te devuelve la mirada,
que es posible encontrarse entre el estruendo.

Y besas todas las palabras no dichas,
para que no se vayan de su boca;
acoges en tu pelo el viento que agita sus ramas
y enredas tus piernas entre sus raíces consteladas.


lunes, 24 de marzo de 2014

Señales de humo que gritan tantas cosas...

Esta araña teje despacio
pero se ha ido haciendo con bufandas para atrapar el calor;
teje siempre hacia delante
soñando con Penélopes, Ulises e Ítacas
desde un hueco en la pared
que no deja ver la llegada de barcos
a tierra.

De manos ágiles y nerviosas
crea puntos imposibles
para perderse
y encontrarse con ella;
no lo dice,
pero pone nombre a la esperanza
y libertad a la soga.

Esta araña acostumbra
a tropezarse consigo misma
a la mínima duda
y no encuentra palabras
cuando le ponen espejos,
reflejos de una realidad
que se va en barcos,
a lo lejos,
al nunca...

miércoles, 19 de marzo de 2014

Falta de valentía.


La hipótesis,
con pulso acelerado,
por 
saberse
exclamación,
se precipita por su boca
para caer al abismo
donde residen
todos los pasos adelante
que
nunca
caminó.

En el aire
queda suspendida,
limbo
de los alientos
no compartidos,
la promesa
indecisa
de un salto al vacío
sin protección.


Me gustan los minutos libres en mañanas al sol
para que mis ideas cojan moreno de albañil