sábado, 26 de noviembre de 2011

Con recuerdos así cualquiera quiere volver al verano.


A pocas semanas de las navidades y ya evocando el verano. Será el sol que hoy ha salido y parece todo optimismo. Pero me toca verlo desde la ventana. Exámenes, libros, trabajos...

sábado, 19 de noviembre de 2011

Tengo ganas de ser aire, y me respires para siempre.

Mientras combato mi pereza habitual
y huyo de dramas románticos
de sábado por la tarde
en la caja de la desinformación,
busco recuerdos.

El paso del las manecillas
te hace pensar en lo que dejas atrás
en lo cruciales que son algunos minutos,
y lo lentas que pueden llegar a ser las horas.
Buscando razones
te encuentras en que todo lo has construido
con ilusiones y
también a veces
amor.

Que tú, no eres tú
sin tus condicionales
y complementos agente,
que poco importa el sol
sin sombra que te cobije,
que también, poco calienta el frío
sin promesas.

Y mientras escribo esto
se me hace indudable la necesidad
de que su cuerpo sea mi cuerpo, de vez en cuando,
de ese juego de cíclopes que me ha devuelto la vida,
de los mil recuerdos archivados con abre-fácil
a los que recurro demasiado a menudo...

"Toda tú eres un argumento para quererte"
me dijiste bajo la lluvia,
(buen entorno para mezclar con lágrimas)
Desde ese momento me hago comentarios
críticos a modo de ensayo para
cuando te falten razones
ser yo,
la tuya.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Tanta lluvia que ha caído,
tan fuerte nos ha mojado
que se ha desmoronado.
Destrozado y sin entender
poco a poco hundido
nuestro castillo de arena...

  No sé de donde ha salido la esperanza, pero entre la playa y yo (pleno noviembre y botas altas), creamos una pequeña bombilla que irradia la luz necesaria para pensar en "futuro". Tras 4 días de sólo preguntas, a cada segundo, martillando la conciencia: he encontrado el silencio, no es tranquilidad, pero si una rendija para la ilusión.

  Lo "nuestro" era todo; lo nuestro eran paseos por la mañana entre sal y rocas. Era la gran respuesta. Ocupaba a menudo el lugar a mi conciencia; lo nuestro eras tú y mis ojos tras tus talones. Lo bonito de lo nuestro es que por una vez alguien era participe de mí y mis dudas, era accionista de mis curvas y sirviente de mis suplicas. Vivíamos para bebernos y bebíamos para quitarnos la sed. Lo mejor de lo nuestro eras tú.

  Ahora lo que era se ha pausado, permanece tendido de un hilo muy fino y la tormenta llegará en cualquier momento. Eres el que puede pararla o de un soplo dejarlo caer. Mientras yo, la playa y yo, pensamos en ti, sabemos que las rocas todavía nos conocen y quieren ver a mis ojos y tus pies. Pero no podemos llevarte, conoces el camino.
   Ayúdame a deshacerme de este maldito pasado y déjame hablar en presente. Me pican los ojos de mirar atrás.

martes, 8 de noviembre de 2011