Una de esas cosas que escribes más para ti que para ser leida, pero puestos a mostrarnos que no importe la piel...
Y lloro; atasco mis vacios o vacio mis atascos, no lo sé.
Mis lloros son algo dramáticos en sí mismos.
De pequeña me gustaba mirarme al espejo cuando lloraba (influencia cinematográfica supongo).
Ahora lloro tapando la cara, a veces combulsivamente y otras simplemente lo dejo caer. Las razones son varias y es un vicio que practico a menudo, pero ciertos objetos o recuerdos desatan con facilidad los vendavales.
¿Dónde se encuentra el límite entre el sentimentalismo y la tendencia depresiva?
...
Me acuerdo de Pepe y su bondad, de mis 5 años, del chándal morado con el dragón que tanto me gustaba y de los rezos de una persona sin esperanza en el futuro. También recuerdo la tranquilidad.
Pepe tenía ya sus 70 años y cuidaba de la gente sin esperanza en el futuro; tenía una máquina de escribir y un millón de poemas en sus venas agrietadas (él me escribió mi primer poema y creo que el último).
Lloro siempre que pienso en él.
Me gustaba su forma de hablar, sin prisa; voz de sabio y palabra diestra.
No me gusta pensar que lo idealizo porque ya no puedo comprobar si era como lo recuerdo.
Pepe ahora es su recuerdo que asalta y una piedra con una plaquita al lado del mar.
A mi me queda mi tesoro y un poco de su nobleza y altruismo.
Pepe era poeta y así el arte se hizo apellido.
Felices vacaciones de verano para los afortunados y feliz verano a todos.
Y si llueve, al fin y al cabo...solo es agua.
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