domingo, 29 de diciembre de 2013

PRECAUCIÓN, suelo mojado.

Estamos en obras así que cualquier sugestión sobre el diseño será bienvenida.
No puedo hacer mucho con mi escaso dominio de la materia pero espero que no quede demasiado mal.

Coming Up Easy - Paolo Nutini

Y como cada día, salgo entre lluvia, paraguas y cansancio después de una tarde de biblioteca; me conecto a los auriculares y elijo canciones como esta. Las ganas de sonreír con inevitables. Doy algún que otro salto al subir la acera al ritmo y, aprovechando la  noche, mis labios dibujan las palabras que llegan a mis oídos. Estoy al lado del mar picado, éste refleja lo que adormece en mi cabeza anestesiada ahora por la música. Hago las paces con el frío y con todo mis males. Veinte minutos de paseo hasta llegar a casa y adormecer junto a la chimenea. No todos los días me siento satisfecha con como está saliendo todo pero hoy, acompañada de maravillas como esta, tengo la certeza de que algo bueno está por llegar.


Espero que estéis pasando unas navidades propias de una película americana de sobremesa (no de las terroríficas de Antena3), que os hayáis besado mucho bajo el muérdago y que el gordo de barbas se haya portado y os haya dejado debajo del árbol todas las Stacy Malibu/Action Man que habíais pedido.


Besos y versos,


viernes, 27 de diciembre de 2013

Días de preguntas y (feliz) navidad en el calendario.



¿Cuántos recuerdos tengo que atravesar en este camino pedregoso?
¿Qué espero mientras estoy sentada aquí?
¿Qué quieren que esperemos de un sistema podrido por dentro?
¿Por qué se empeñan en prostituir a las palabras para sus mentiras?
¿Se caerá este tejado de tanto golpe de viento?
¿Existe algún tipo de equilibrio entre deber y querer?
¿Existe la verdad en la prensa?
¿Por qué continúa arañando mi puerta el pasado?
¿Llegará la suerte o tendré que renunciar al destino?
¿Por qué sigo sentada cuando todo se cae?
¿Cuántas noches sin rumbo ni compañía quedan?
¿Quién era cuando tú eras tú?
¿Nos hace o nos deshace la duda?
...





miércoles, 11 de diciembre de 2013

Hey babe, take a walk on the wild side.

Llevaba unos días ya sin poder publicar porque algo informático no colaboraba; tenía tantas ganas de compartir mil reflexiones, ideas y canciones... Justo hoy que abro por rutina y con falta de tiempo está todo solucionado. 
Dejo una canción que hizo de un día de estudio algo mucho mejor. La parte salvaje siempre es tentadora; habrá que correr riesgos.


Hey babe, take a walk on the wild side, 
Said hey honey, take a walk on the wild side. 
And the coloured girls go, doo do doo

lunes, 2 de diciembre de 2013

La voz de Cortázar y el camino

Mientras rueda este autobús
por el cual me dejo engañar
pensando que no me lleva a donde me lleva
sino a donde me gustaría estar.

Mientras languidezco ebria de sueño
con el sol apenas asomando por la ventanilla
en este concierto mil veces ensayado
empañado por la vigilia

Me pierdo en reflexiones ajenas
pero tan mías...

http://www.youtube.com/watch?v=9C7f2d7XGKc

"Los amantes"

¿Quién los ve andar por la ciudad
si todos están ciegos?
Ellos se toman de la mano: algo habla
entre sus dedos, lenguas dulces
lamen la húmeda palma, corren por las falanges,
y arriba está la noche llena de ojos.

Son los amantes, su isla flota a la deriva
hacia muertes de césped, hacia puertos
que se abren entre sábanas.
Todo se desordena a través de ellos,
todo encuentra su cifra escamoteada;
pero ellos ni siquiera saben
que mientras ruedan en su amarga arena
hay una pausa en la obra de la nada,
el tigre es un jardín que juega.

Amanece en los carros de basura,
empiezan a salir los ciegos,
el ministerio abre sus puertas.
Los amantes rendidos se miran y se tocan
una vez más antes de oler el día.

Ya están vestidos, ya se van por la calle.
Y es sólo entonces
cuando están muertos, cuando están vestidos,
que la ciudad los recupera hipócrita
y les impone los deberes cotidianos.

Julio Cortázar

sábado, 23 de noviembre de 2013

La noche y los recuerdos cantaban un blues para enamorar a la luna

Pequeñas bocanadas de aire
dejan escapar,
poco a poco,
mis recuerdos como un río
arenoso, escurridizo
como mi tristeza,
como mis alegrías.

Instantes que parecen eternos
tan breves en la memoria
que se disfrazan de inventos
o trozos de historia
de temario recurrente
para esta vista cansada.

Los recuerdos van puliendo
de mi vida los bordes
como la arena al cristal
como el tiempo cicatrices.

Pequeñas bocanadas de aire
me hacen más consciente
del dónde y el cuándo
como bofetada a veces
otras, abrazo eficiente.

El recuerdo es el dolor camuflado de tedio que todos hemos experimentado en algún momento, en cierta etapa, y que quisiéramos no haber tenido. Es el pasado puro de lo que no se puede volver a vivir, a revivir, condenado al exilio forzoso. El recuerdo queda sentenciado a ver como el tiempo lo pisotea dejando una versión diferente de si mismo, más amable con nuestras debilidades quizás.


domingo, 10 de noviembre de 2013

Obertura al sueño nº1

Por suerte
y por rutina,
Morfeo acude noche tras noche
    a este cielo de estrellas apagadas
a esta luna boca abajo
a estos ojos cerrados
cansados del derroche
desesperados
de esperar.
así
.
tejiendo lo destejido
pasando lo pasado

miércoles, 28 de agosto de 2013

Torpe ingenuidad

Vino sigiloso y directo a mi diana. Sorprendida, a medias, y totalmente dispuesta, le dejé la puerta entreabierta. Mientras, con ojos astutos, calibraba sus pasos. 
Cuando, por fin, acudió la certeza, le permití llegar; más que eso, lo invité a todo sin palabras de más. Así, entre farolas y calles dormidas, me regaló su risa y supe que había llegado la hora de la alegría. Dejé caer mi dulzura en sus ojos mientras nos resbalábamos cara a la novedad de nuestras acciones. Continuamos. Cada vez más cegados y más alejados de nuestra entereza. Y, por último, nos mentimos diciéndonos con hambre que el tiempo no importaba.
Y volví a las noches de insomnio
y de duda.
Pero el tiempo golpeó a la mañana siguiente, y en las sucesivas; porque, quizás lo que nace de las sombras no tenga cabida en nuestras días soleados.

sábado, 17 de agosto de 2013

Una chispita apenas,

una iluminación casual, que tiene mucho de planeada, me visita en estos días. Yo la acojo y le doy cobijo mientras aguardo, impaciente, por algún estallido repentino que haga trizas tantas telarañas y me impulse. Estoy vestida con una leve sonrisa que depende del parpadeo, frenético y esperanzador de esa chispita moribunda.

jueves, 8 de agosto de 2013

Inexperta en tanto.


Aún no me había especializado en esquivar y tratar de salir indemne de este juego de indiferencias muy torpemente simuladas. Era inocente en mi ahora manida tristeza. Era de todo menos lo que soy. Aún tenía recursos y artimañas para hacer a un lado la noche e iluminarme las sonrisas. Tú poco habías aprendido de mí y todavía no creías haber conquistado mi conocimiento. 
Que sucias han quedado las mantas guardadas, pero tienes la entereza, toda, que a mí se me ha escapado, para enseñar las manos y confesar tu falta, sin necesidad de arrepentimiento, sabiéndote dueño de la cordura, toda, que he dejado por ahí desperdigada.

domingo, 21 de julio de 2013

Yo escribía cartas de amor, de las de papel.

He encontrado el problema:

Me niego a escribir nada triste y que resulte autocompasivo, porque lo que he escrito durante este tiempo es sumamente depresivo y si fuera husmeador, de esos que raras veces consigo percibir, no querría leer nada de eso. Así que estoy en busca de algún muso que le de color a algunos versos destemplados. Tampoco puedo pretender hacer crítica política (aunque me gustaría) porque no la entiendo, ni sobre la vida, que tan poco he usado, y sobre muchas otras cosas que no consigo sentir tanto como los sentimientos que me han hecho experimentar algunas personas.
He pensado en borrar este blog y quizás empezar de cero, pero no puedo borrar todo y hacer que no ha pasado nada, porque ha pasado y eso es lo importante. Además, después de todos estos años se me ha ido enraizando dentro y he pasado buenos momentos leyéndoos y escribiendo.


Buenas noches.
Sarabia

lunes, 24 de junio de 2013

Deseos: leves construcciones de futuro.

Me está costando escribir y, rebuscando entre borradores, me he encontrado con esto. En su momento no me convenció, pero ahora mismo, leyéndolo, he vuelto a sentirme arrastrada, ahogada y anegada.

Los remolinos de tu pelo
me arrastran,
me ahogan,
me anegan.

Pero regalas oxigeno
sin saber que para mi
es vivir,
lo regalas por tan poco
que te doy todo
que es tan poco...
que no es nada.

Me anegan y ya no son remolinos
y no todo está tan claro,
te busco y me encuentro sin saber donde estamos,
y no hay fin donde atar cabos.

Fuera razones y taparnos.
Salimos a la luz,
nos damos a la vida
nos iluminamos más de lo que pensamos;
me ahogo,
me respiras,
y naufragamos.








lunes, 3 de junio de 2013

Vacaciones, verano, playa, tiempo libre, recuerdos, recuerdos, recuerdos...

He dejado de escribir, me pesa la memoria en los dedos; y si escribo, por despiste o necesidad, en seguida borro las huellas para que nadie sepa nunca los charcos sobre los que salto y embarro. Pero sigo aquí, por si alguien echaba en falta una dosis de melancolía pegajosa.

4. Conversación

Cada vez que te hablo, otras palabras
escapan de mi boca, otras palabras.
No son mías. Proceden de otro sitio.
Me muerden en la lengua. Me hacen daño.
Tienen, como las lanzas de los héroes,
doble filo, y los labios se me rompen
a su contacto, y cada vez que surgen
de dentro -0 de muy lejos, o de nunca-,
me fluye de la boca un hilo tibio
de sangre que resbala por mi cuerpo.
Cada vez que te hablo, otras palabras
hablan por mí, como si ya no hubiese
nada mío en el mundo, nada mío
en el agotamiento interminable
de amarte y de sentirme desamado.

Luís Alberto de Cuenca

sábado, 20 de abril de 2013

Momento decisivo.

Se ha ido, solo me queda su recuerdo. 
Y, por una vez, es agradable. 
Puedo ver su espectro de huesos y piel, sus ojos que ya no me hablan, que se han mudado, o quedado mudos, no lo sé.
Se ha ido y ya no raspa, ni duele. 
Se ha ido y, al mirar los despojos, no me han temblado las piernas, ni las lágrimas.
Lo tengo que escribir porque parece producto de una ilusión, que se va a desvanecer en cualquier momento. Lo escribo, porque al pronunciarlo puede que deje entrar a la duda.
Pero es imposible negar que se ha ido. Que se fue.
Y, por una vez, no soy quien llora por el.



Y, ahora, a estudiar y estudiar. Y, dentro de nada, las añoradas vacaciones.
Buenas noches pequeños-grandes husmeadores.

viernes, 15 de marzo de 2013

Parálisis emocional I




Y pensaba que esto sería un río de poesía en algún bar de esos que encuentras en esquinas olvidadas
y creía que tendría calor de compañía en algún amanecer de la capital.



miércoles, 27 de febrero de 2013

Proceso de adaptación.


Madrugo, o lo intento. Realmente me quedo dormida dos de los cuatro días de clases. Un buen equilibrio. Cada vez hace más frío y cala. Sigo con las pesadillas. 

Audrey me recibe todas las mañanas y me persigue con la pelota. Salgo con prisa (siempre) y con la bufanda hasta la nariz. El sol todavía está tímido y desperezándose. Dudo de si he cerrado la puerta y pierdo 10 valiosos segundos. Desenredo los auriculares y al fin comienza lo bueno de la mañana. 

Es fundamental que la primera canción sea perfecta para el día. Y canto para mí. Miro la hora y continuo. Ya no se nota el frío. Llego justo antes de que el autobús se vaya. Me voy al fondo a maldecir mi incapacidad de dormir con personas alrededor y ya no canto. 
Una hora es mucho rato para pensar y pensar. 
Para dejarse cerrar por dentro. 
Para conocerse.




Hoy he recibido, de forma inesperada, una alegría; en la biblioteca de la universidad, mientras buscaba un estudio sobre El Lazarillo de Tormes, me he topado con un libro de Carlos Salem. Pienso recorrer esos estantes más a menudo. De momento Tomates Verdes Fritos está casi terminado y hoy he comenzado con El túnel. Ah, y La Celestina también en proceso. Y películas y películas pendientes. De momento he visto Lost in translation y Once (recomendadísimas ambas). Estoy abierta a sugerencias.

jueves, 7 de febrero de 2013

3:12 de la madrugada, ¡bienvenida Insomnia!


Nota recordatoria: No tomar café cuando se haya ido el sol por mucho que su olor te tiente y, lo que es más importante, no combatir el insomnio mirando antiguas fotografías (hay demasiadas).




"Por veredas de sueño y habitaciones sordas
tus rendidos veranos me aceleran con sus cantos"

Julio Cortázar

viernes, 18 de enero de 2013

La petite mort - Eduardo Galeano


No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele. Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace.



miércoles, 9 de enero de 2013

Otra canción triste.

Ha pasado el año. He pensado mucho y he salido poco. Me he regalado tiempo, demasiado tiempo para pensar. Y mientras las navidades pasaban, para mí pasaba otro año. He envejecido un año en dos semanas; pero sigo llorando con la cara tapada. Ha habido cosas que me parecieron ridículas y al segundo fundamentales. He retenido al caos bajo altas dosis de ficción y la mente en suspensión. Te he odiado y te he querido irremediablemente, cada día. He censurado mis canciones favoritas para no escucharte y he lamentado haber cedido tanto espacio de mí para hacer sitio a tu rock, a tus películas y toda tu sabiduría de pasillo de instituto. Pretendiendo no hacer lo de siempre, he acabado haciendo exactamente lo mismo: balance. Y ya no entiendo de números desde que no estás y he perdido el rumbo  contando cada vez que te vi dormir y el mundo se concentraba en la paz de tu frente.

Pasará otro año y espero no tener que hacer el esfuerzo de no quererte, espero no seguir muriendo cuando no quedan luces y escucho puntear la guitarra. Mi propósito no es olvidarte, te has encargado de que no exista esa opción, mi propósito es poder hacer las paces con lo que ya no será.

Feliz año.


Me gustaría excusarme por la tristeza de lo que digo, pero no sé escribir cosas alegres aún.