miércoles, 6 de julio de 2011

Algún día.

Existen cosas en nuestras vidas que se ven prorrogadas indefinidamente y de las cuales e imposible hallar certezas. Pero ¿acaso la felicidad es un sentimiento aplazable, o algo que tengas que conseguir a base de esfuerzo? 
Siempre he tenido la convicción de que la felicidad se da por si sola, se manifiesta ante ti con congoja y no tienes más que estrecharla y hacerla parte de tu día a día. Mala afirmación es aquella que no se pone en entredicho, sin duda, puesto que de un tiempo a esta parte la felicidad se ha convertido en una meta para mi, algo con lo que sueño día sí y día también. Siento que tengo ante mi las fichas precisas para jugar esta partida (o eso creo) pero en cambio el adversario se adelanta a mis movimientos viéndome irremediablemente avocada a la rendición. Y últimamente todos mis sueños se vuelven pesadillas. Quizás a fuerza de forzar me olvido que la felicidad está ya aquí y no tengo que buscar más. La avaricia rompe el saco pero esto parece ser como el bolso de Mary Poppins. 
El día que algo no me inquiete prometo preocuparme porque hasta ahora hasta el detalle más pequeño a suscitado en mi la mayor curiosidad y temerosidad. Pero puede que el hecho de no preocuparme sea un detalle más que estoy analizando. En noches así podría divagar durante horas, creo que necesito un psicólogo con tiempo. 

Buenas noches y que no os visiten las pesadillas.
"No amor rosa de Hollywood si no yo te apoyo/protejo amor" 

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