Me tienes agarrada por los huesos,
por debajo
de la piel agrietada.
Estás tirando de cada cuerda,
me haces girar
y no entiendes porque me mareo así
¿será por tus besos?
y no.
Me has envenenado el agua
y la sed,
me has llenado de luz
y yo era tinieblas,
me tiemblan los versos
de pensarte,
de no querer encerrarte
entre esta cavidad de rojo
y a veces también azul.
Estás haciendo que amor suene
y no desafina
pero me clava los agudos
en cada movimiento
y disfruto de tus curas.
Tiras de mi carne
me haces inmune,
me haces caer, caer de nuevo.
Me haces insufriblemente repetitiva y melancólica patológica, pero continúa.