miércoles, 15 de junio de 2011

Para seguir con mi boca enredada en tus cabellos.

Mar adentro,
mar adentro.
Y en la ingravidez del fondo
donde se cumplen los sueños
se juntan dos voluntades
para cumplir un deseo.
Un beso enciende la vida
con un relámpago y un trueno
y en una metamorfosis
mi cuerpo no es ya mi cuerpo,
es como penetrar al centro del universo.
El abrazo más pueril
y el más puro de los besos
hasta vernos reducidos
en un único deseo.
Tu mirada y mi mirada
como un eco repitiendo, sin palabras
‘más adentro’, ‘más adentro’
hasta el más allá del todo
por la sangre y por los huesos.
Pero me despierto siempre
y siempre quiero estar muerto,
para seguir con mi boca
enredada en tus cabellos.

y como desde hace un tiempo, no soy yo.. no soy sin la sarnosa tristeza rondando, ahogando mis palabras que tienen que ser silencio porque el tiempo juega en contra. Y se hace eterno este vivir a través de otro que ni siquiera está. Preocuparme por sus pasos antes de que mis caídas para obtener silencios y medias horas a destiempo. Eso no soy yo...
Solo existo en modalidad desiderativa.

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