viernes, 3 de enero de 2014

Mi vida hoy

Extraño leer por placer y con ganas, engancharme como una garrapata a las páginas, estrujarlas y sacarles todo el jugo posible hasta quedarme con esa maravillosa sensación; esa sensación indescriptible que deja un buen libro cuando te remueve por dentro, cuando lo acabas y te sientes lleno y vacío a la vez. 
Que no me hablen más de lecturas obligatorias, de clásicos de la literatura gallega ni de ensayos escritos con mala saña para perderse entre su multitud de oraciones subordinadas, construcciones coordinadas y otras artimañas.

Estos días estudio, o veo películas o algún capítulo de Mad Men.
Mi vida se reduce a ese paseo incesante entre la biblioteca y mi casa. Vivo en la agonía de leer por obligación rodeada de libros que leería por placer; me desquito viendo películas o, mejor dicho, buscando opciones que se me acumulan. Ya casi no saco fotos ni voy a la playa en bicicleta los sábados por la mañana.
Extraño el calor en las mejillas y el frío gélido en las manos mientras bajo cuestas con la mochila a la espalda; sabiendo que cuanto antes llegue, antes podré disfrutar de la tranquilidad inconfundible del sonido del mar bravo de invierno. O ir con la perra a correr por la arena hasta caer agotadas y ponerme a leer mientras duerme a mis pies.
También extraño, aunque no me está permitido, los sábados noche de películas bajo la manta y el debate posterior que la trama siempre provocaba, regalar lunas llenas y madrugar sabiendo que esperaba la cama.




Yo, en cambio, no he sabido ir a favor del viento

que muerde las esquinas de esta ciudad impía"



Como siempre, pretendo no hablar de mí pero quienquiera que sea el que lee esto hace su función de psicólogo a la perfección. Ahora agradecería que si alguien está ahí se manifieste y me ayude a aumentar mi lista de cosas pendientes con recomendaciones literarias, cinéfilas y musicales de todo tipo.






Fotos de la última vez que la bicicleta me llevó al mar

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