sábado, 9 de abril de 2011

Sábado a la vista.

Y es increíble como a veces, aun estando rodeada de tanta gente, te puedes sentir tan sola. Nunca fui demasiado sociable, ni demasiado predispuesta a ser el centro de atención y ahora pienso en que igual debería haber cambiado.
 Soy de esas personas que se guardan las cosas, o que lo cuentan todo sin dejar un centímetro de pensamientos sin mostrar. Pero últimamente todo estamos más hundidos en nosotros mismos, en el estrés de estos días interminables y no queda lugar para reproches. Sonaría más patético todavía de lo que ya lo es. Alguien pidiéndole a la amistad un poco de atención. Intento comprender que estudios y amor ya es suficiente y que para ser amiga no se exijan grandes pruebas de fidelidad, como en una relación. Pero ahora que ya no me queda piel que me agarre ni brazos que sostengan mis inseguridades. Ahora que él me mostró toda su filofobia, me siento más perdida y un fin de semana no es lo que antes.

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